“El vínculo entre la Institución educativa y la familia no puede ser un vínculo improvisado. En los tiempos que corren, la capacitación para construir un vínculo sano es esencial”.
La educación privada ha tenido un crecimiento exponencial en las últimas décadas en la República Argentina, como consecuencia de múltiples factores.
Frente a tales circunstancias, las cuotas escolares hoy representan uno de los rubros más complejos en torno a la economía familiar y como contrapartida de ello, los padres que se ven compelidos a afrontar tales gastos, exigen del Colegio mucho más que un buen soporte educativo para sus hijos.
Es decir que el vínculo Colegio – Familia – Alumno ha cambiado sustancialmente en las últimas décadas.
Las estadísticas demuestran que las Instituciones Privadas se ven desbordadas por innumerables exigencias de contención afectiva, educativa, familiar, social combinadas con cuotas escolares impagas que, en muchos casos, conllevan al endeudamiento de la Institución.
Las áreas que deben abordar todas estas problemáticas están generalmente integradas por empleados administrativos que gozan de muy buena predisposición pero lamentablemente no están capacitados para resolver y mucho menos, prevenir estos conflictos latentes.
Los tiempos han cambiado y la capacitación del personal a cargo del vínculo Colegio – Familia debe enfocarse con la misma seriedad que otras áreas propias de la Educación Académica.
Saber escuchar a las familias, decodificar sus necesidades y generar la empatía suficiente para comprenderlas pero sin perder el foco de las necesidades propias de la Institución, no es tarea sencilla y no se puede dejar en manos de la “buena predisposición”. Tampoco en manos de los docentes, que sí se han capacitado para educar pero que bajo ningún punto de vista pueden cargar con planteos que se aparten precisamente del área de la educación.
Capacitar al personal no docente es la clave para prevenir conflictos con las familias y para abordar los procesos de cambio.